La selección argentina confirmó su liderazgo en la categoría Sub-20 al coronarse este domingo 22 de julio como nuevo campeón mundial tras vencer 2-1 a la República Checa en Toronto. Los europeos casi dan el gran golpe en el National Soccer, pero se rindieron ante la experiencia y contundencia de los flamantes hexacampeones. El checo Martin Fenin abrió el marcador para el equipo de Miroslav Soukup, pero Sergio Agüero -máximo anotador del torneo- y Mauro Zárate desataron un nuevo festejo Albiceleste.

El primer tiempo fue muy distinto al que ambos equipos protagonizaron en su debut en el Grupo E. Argentina, sin varias de sus figuras, no tuvo tanta facilidad para crear situaciones de peligro frente a Radek Petr. Y los checos, evidentemente crecidos en confianza, encontraron la manera de lastimar de contragolpe.

Martin Fenin fue el encargado de complicar a toda la defensa Albiceleste, mientras que Maximiliano Moralez fue el responsable de encabezar los avances argentinos. El primero en buscar el gol fue Sergio Agüero, quien intentó sorprender sin fortuna al arquero checo mientras conformaba su barrera ('8). La respuesta de los de Miroslav Soukup no tardaría en llegar: Marek Suchy, tras una serie de rebotes en el área, remató ante la presencia de Sergio Romero. El portero, oportuno, alcanzó a tocar el balón que luego iría a dar en el poste (10').

Tras ese inicio frenético, ambos rivales parecieron estudiarse bajo el sofocante sol de Toronto. Y en ese contexto las emociones se evaporaron para dejar lugar a los nervios, tal como queda evidenciado en las seis tarjetas amarillas exhibidas por el árbitro Alberto Undiano Mullenco en esa etapa.

El complemento se inició a otro ritmo, con los dos equipos decididos a buscar el gol. Argentina tuvo su chance en los pies de Moralez, quien falló en el último toque tras una combinación magistral entre Sergio Agüero y Ever Banega (50'). En la contra casi marca Lubos Kalouda, pero Romero resolvió con brillantez y envió el balón al tiro de esquina (51').

El tanto estaba al caer, y cayó para los checos. Fenin, como toda la tarde, se movió bien dentro del área para recibir un pase de Kalouda y definir, de media vuelta, al palo más lejano de Romero (60'; 1-0). La alegría invadió a los europeos, pero por poco: un pase filoso de Banega encontró bien perfilado a Agüero, quien no perdonó cara a cara con Petr (62'; 1-1).

El gol convirtió a Argentina en dominador de las acciones. Por eso, a nadie extrañó que el equipo de Tocalli coqueteara con el segundo tanto. Moralez, con un potente derechazo, estuvo cerca de vencer la resistencia de Petr (70').

Los checos parecieron buscar el tiempo suplementario, mientras Tocalli envió a Lautaro Acosta para desnivelar en la ofensiva. El jugador de Lanús desperdició una buena posibilidad con un toque de pierna derecha, pero forzó un tiro de esquina. La pelota derivaría en Mauro Zárate, quien se encargaría de desnivelar el resultado con un derechazo venenoso (86'; 1-2).

El tanto desmoronó los sueños checos, que ya no lograron reaccionar. El reloj corría rápido y Argentina dormía el balón. Al igual que en 1979, 1995, 1997, 2001 y 2005, el trofeo sería sólo suyo.